dimarts, 5 d’abril del 2011

Missatge del Bisbe Pere Casaldàliga per a la trobada 2011 d'Araguaia celebrada a Girona el 3 d'Abril



QUIN DÉU? QUINA RELIGIÓ?


Gent amiga de la Trobada, aquesta tribu de solidaritat amb les nostres causes, aquest servei de comunió que estimula.

Enguany, la Trobada vol aprofundir en "Quin Déu? Quina religió?". Estareu ben assessorats pel company Vigil, mestre capdavanter en aquesta temàtica.

Churchill deia que en el fons de cada problema hi ha una Lliura Esterlina. El gran cínic ho sabia molt bé. Nosaltres podem dir que en el fons de cada problema hi està Déu. La religió és entranya de totes les cultures i, enguany, si creixen l’ateisme i l'agnosticisme, creix també la religió amb una proliferació exuberant de manifestacions. Diu que Nietzsche ja està reconeixent que Déu no és mort i Ortega i Gasset continua avisant: "Dios a la vista".

Però, de què estem parlant quan parlem de Déu i de religió?. Déu, sí, però quin Déu?. Sí la religió, però quina mena de religió? Jo tinc un poema que retruca amistosament a la Madre Teresa d’Àvila que té aquella famosa dècima: "Sólo Dios basta". Li dic a la Santa:

Sólo Dios basta, Teresa,

siempre que sea aquel Dios,

que es Él y todos y todo

en comunión.


Una autèntica vivència de Déu, una religió autèntica, ha d'ésser macroecumènica, plural, holística. Sempre en procés de trobada, oberta al misteri i de peus i de cor a terra fent camí amb tota la fillerada de Déu. El veritable Déu "serveix", perquè és amor. Una religió que no serveix per servir, no serveix per res, deia aquell valent bisbe francès. La religió ha d'ésser una vivència de convivència fraterna i sororal, de complicitat humana en totes les causes d'aquesta única gran família que és la Humanitat.

Quan es repeteixen aquests cataclismes que estem vivint arreu del Món i que la ciència i la tècnica no poden aturar, esclata sempre, escandalitzada, la pregunta: I Déu què hi fa?. Una pregunta comprensible, però que nosaltres, que tenim fe en el Déu vivent que és amor, hauríem de respondre amb una altra pregunta: I nosaltres què hi fem?

I aquesta pregunta us deixo i em deixo al cor, per tal de continuar units en la trobada diària de la nostra solidaritat i de la nostra tendresa humana. Quin Déu anuncio jo? Quina religió és la meva?. No sols "a la tarda de la vida", sinó a tots els capvespres, a casa, al treball, a la comunitat, en l'acolliment als altres i a les altres, som jutjats per l'amor en qui creiem, per l'amor que donem.

Gràcies. I seguim fent via amb la més inclaudicable esperança. Parlant en cristià, on és la por, on el defalliment, si creiem que "tot és Gràcia", que tot és Pasqua?.


Pere Casaldàliga, amb el parkinson i tot.

"Morían antes los egoístas que los altruistas"

Stéphane Hessel, participó en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Foto: Kim Manresa
Tengo 93 años. Nací en Berlín y vivo en París. Casado, 3 hijos, 8 nietos y 5 bisnietos. Apoyo a un nuevo grupo político, Europa Ecología Verdes, con Daniel Cohn-Bendit. Agnóstico convencido de que las diferentes culturas pueden convivir. Publico ¿¡Indignaos!¿ (Ed. Destino).



Contra la indiferencia



Último superviviente de las personas que hicieron posible la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un marco sólido por el que luchar, este veterano de la resistencia, que sobrevivió a la tortura y la deportación en el campo de concentración de Buchenwald, ha dedicado su vida como embajador de Francia a combatir los totalitarismos y las injusticias políticas y sociales. Con '¡Indignaos!', superventas en Francia, llama a la insurrección pacífica, sobre todo de los jóvenes, a no claudicar ante la dictadura actual de los mercados financieros que amenazan la democracia, a no permitir tanta injusticia. "Coged el relevo, ¡indignaos!, porque la peor actitud es la indiferencia".


Hablemos de la suerte.

Yo soy un suertudo. He estado confinado en campos de concentración de los que me escapé en dos ocasiones, fui condenado a muerte..., pero he sobrevivido.

Era usted Greco, el espía.

Debía reorganizar la red de radios clandestinas para preparar la llegada del ejército aliado a Francia. La Gestapo me detuvo en julio de 1944, lo que significaba el fin de mi vida.

Se salvó por los pelos...

La noche antes de mi ejecución, gracias a Eugen Kogon, que llevaba tres años en Buchenwald trabajando con el jefe del hospital y lo convenció de que podría paliar su pena si salvaba a tres oficiales aliados.

¿Y cómo lo hizo?

Cuando tres jóvenes franceses moribundos fueron enviados al crematorio, lo hicieron con nuestra identidad.

Qué duro.

El día que cumplí 24 años me convertí en otro. Es una historia trágica, sí. Es duro sobrevivir a un muerto.Medejó un gran sentimiento de responsabilidad: considero que una vida ganada tiene que ser una vida comprometida, y todo lo que hago lo hago porque sobreviví.

¿Cree en el destino?

Sí, creo que cada uno de nosotros tiene la posibilidad de hacer algo con su vida que sea significativo no sólo para sí mismo, sino también para los demás.
¿Qué ha entendido del ser humano?

En los campos de concentración las personas reaccionaban de dos maneras: estaban los que luchaban por su vida, los que se protegían y lo querían todo para ellos; y estaban los que ayudaban a los demás.

¿Y?

Morían antes los egoístas que los altruistas. Y este es un mensaje para todos nosotros: hacer algo por los demás nos hace bien; sólo mirar por uno mismo nos hace caer, pero pensamos que es al contrario. Sé que lo que digo parece muy ético y moral, pero para mí fue una experiencia vital.

Con 92 años se fue con su mujer a la franja de Gaza.

Sí, justo después de la operación Plomo Fundido. Tengo la suerte de tener un cuerpo que funciona. Sólo me falta un ojo. Si me tapo el bueno, no la veo, pero con los dos veo su sonrisa y vi la destrucción que el ejército israelí hizo en ese pequeño territorio con una brutalidad insoportable para mí.

¿Producto del miedo?

Se consideran un país pequeño, democrático y moderno, rodeado de gente que se puede volver loca y provocar atentados, así que eligen políticos estúpidos que creen que se puede vencer mediante la fuerza. Pero lo inteligente sería ayudar a los palestinos a tener un Estado y trabajar conjuntamente, porque siempre van a estar ahí.
¿Qué virtud le ha ayudado en la vida, la alegría, la inteligencia, la valentía...?

Mi madre; una mujer excepcional, muy libre. “Tienes que ser feliz para que los demás sean felices”, me repetía, y yo hago lo que puedo.

Es usted jovial, lo ha conseguido.

La gente que me conoce me considera un optimista empedernido, y yo siempre les digo: he vivido muchos problemas y siempre se fueron resolviendo. Hemos vencido al nazismo, al fascismo, al franquismo, al estalinismo, y vamos a vencer también al bushismo, ja, ja, ja.

¿Ese es su caballo de batalla?

Sabemos que si seguimos con una explotación loca de los recursos en 50 años ya no se podrá vivir aquí en la Tierra. Y que la inmensa distancia que existe entre ricos y pobres no para de aumentar.

¿Qué entendió del ejercicio de la diplomacia?

Es lo contrario a hablar sin decir nada. La auténtica diplomacia dice lo que piensa a su gobierno y al gobierno con el que trabaja.

¿Qué ha aprendido de la muerte?

Yo soy goloso de la muerte, pienso que cuando venga, pronto, la acogeré como una amiga. Acabar la vida es algo maravilloso, ya ha durado suficiente, y no sabemos nada de la muerte, pero le puedo citar a Shakespeare.
En La tempestad él dice: “Estamos hechos de la misma materia que los sueños y nuestra breve vida cierra su círculo con otro sueño”. Me desperté ya hace mucho y un día me dormiré, y me gusta dormir.

¿Qué ha descubierto sobre sí mismo?

Que lo desagradable que me ha ocurrido se puede superar e incluso olvidar. No guardo recuerdos de lo queme hirió, guardo recuerdos de lo que funcionó, de lo que me alegró. Considero que para los problemas más graves de nuestro mundo actual podemos encontrar respuestas positivas. Por supuesto, muchos de mis amigos me llaman iluso.

¿La mejor herramienta para vivir?

Confianza y valor. Necesitamos confiar, en primer lugar en nosotros mismos, y después en los demás; y hay que saber que sólo funciona si ponemos también valor. Las dos cosas que tenemos que evitar son la indiferencia y la desesperación: aquello que probé y no funcionó y no volveré a probar.

¿Cuál es su consejo para los jóvenes?

Tened confianza, sed valientes, tenéis muchas cosas que hacer y más medios de los que nosotros tuvimos cuando éramos jóvenes, herramientas como internet para trabajar juntos como acaban de hacerlo los egipcios. ¡Adelante!

Font: La Vanguardia
Ima Sanchís
1 Abril de 2011